El Gran Inquisidor Gallardón: Reflexiones sobre la (contra)reforma de la ley del aborto
Que el gobierno del PP se afanara en eliminar (casi) todos los derechos conquistados por las mujeres en los últimos treinta y cinco años no era más que un feminicidio anunciado. Que retrotrajera nuestros derechos reproductivos a antes de 1985, reimplantando una ley de aborto limitado a ciertos supuestos, era también una involución anunciada. Tampoco son nuevas las burdas y paternalistas consideraciones del ¿señor? ministro sobre nuestra eterna minoría de edad mental y la necesidad de protegernos de nosotras mismas. Por eso, aunque me indigna en lo más profundo, el que finalmente se haya aprobado la reforma sólo me ha sorprendido por su ensañamiento (los plazos más largos de espera, el tribunal de lavado de cerebro ante el que deberán comparecer las mujeres que decidan abortar, los partos inducidos, etc.). Y por eso tampoco voy a repetir axiomas que, a estas alturas del siglo XXI, son de perogrullo (salvo para las huestes del PP y los sicarios de Rouco Varela), como “Nosotras parimos, ...