Requisitos mínimos para ejercer (bien) el bello oficio de la traducción (II)
En un artículo anterior , establecí lo que, como traductora con más de veinte años de experiencia a mis espaldas (o neuronas), considero los requisitos mínimos para ejercer bien este bello oficio : Ser nativohablante de la lengua de destino (requisito necesario pero no suficiente). Ser bilingüe (es decir, ser también nativohablante de la lengua de origen). Dominar la disciplina de que se trate. Ser una persona meticulosa. Tener experiencia . Decidí, sin embargo, dejar el desarrollo del tercer punto para un futuro artículo, puesto que los distintos tipos de traducciones tienen niveles distintos de dificultad y, por consiguiente, imponen requisitos distintos . Por otra parte, la gestión de los originales , digamos, «defectuosos» , varía mucho entre unos y otros. Dedico un apartado específico a éstos porque son la gran pesadilla a la que nos enfrentamos las traductoras, en parte porque dificultan enormemente nuestro trabajo y en parte por la...