Y otra apología de la violación: "Les Choses humaines" de Yvan Attal

El cine siempre ha sido un medio privilegiado de manipulación patriarcal y la violación ha sido uno de sus temas estrella (aun sin contar esa forma de violación maquillada que es la prostitución, otro tema estrella). No voy a hacer una lista de todas las películas que constituyen apologías de la violación, porque no acabaría (y se me quedarían muchas fuera). Baste mencionar a Almodóvar, quien tiene al menos cinco películas "de ésas" (al menos, porque hace años que dejé de seguirlo): Matador, Átame, Kika, Hable con ella y La piel que habito (sobre esta última publiqué en su momento una crítica en este mismo blog). O a Paul Verhoeven y su película Elle (2016), que plantea alegremente que la fantasía de toda mujer es ser violada. Incluso una excelente película como Las Furias (2016), de Miguel del Arco, nos muestra la violación dentro de la pareja como una justificable manifestación de la desesperación del macho (en este caso porque el tipo tiene un cáncer galopante y ése parece ser su modo de aferrarse a la vida).

Sin embargo, pocas hay tan sutilmente manipuladoras como Les Choses humaines (2021), de Yvan Attal, que se "basa" (el porqué de las comillas quedará claro luego) en la novela homónima de Karine Tuil. De hecho, si la visioné inicialmente fue porque me resultó muy llamativa (incomodante) la sinopsis de la película (que, por cierto, en castellano se ha traducido como El acusado) en Filmin:

Un joven es acusado de haber violado a una chica. ¿Quién es él y quién es ella? ¿Es él culpable o inocente? Los dos protagonistas, junto a sus familiares y amigos, serán testigos de cómo sus vidas, convicciones y certezas se rompen en pedazos, pero ¿hay una única verdad?

https://www.filmin.es/pelicula/el-acusado

El "joven" es Alexandre, un chico de 22 años de clase alta, hijo de un famoso periodista político y una famosa ensayista feminista (esto último no es nada inocente, como comentaré luego). Está estudiando en Stanford y vuelve a París de visita. Allí conoce a Mila, de 17 (ojo, menor de edad), quien es hija de la nueva pareja de su madre, un profesor de literatura, y de una protésica dental judía practicante (clase "media", diríamos). La invita (inducido por su madre) a una fiesta pija, desbordante de testosterona, y al día siguiente ella lo denuncia por violación. Al parecer, salieron a tomar el aire, entraron en una especie de cobertizo en un parque para fumar un porro y él la obligó a practicarle una felación y la violó digital y vaginalmente. Ella nunca dijo "No" porque estaba aterrada y paralizada (él le había dicho que siempre llevaba un cuchillo encima)... y él asumió que eso significaba "consentimiento".

Vemos las horas previas a la fiesta y el proceso inicial de los interrogatorios y las reacciones de ella, de él y de las respectivas familias. Alexandre queda en libertad provisional y luego hay un salto de 30 meses (¡y yo que pensaba que la justicia sólo era lenta en España!) hasta que comienza el juicio, cuando nos enteramos de que lleva tres meses en prisión por haber quebrantado la orden de alejamiento de Mila.

Un aspecto llamativo de la película es que, tras algunas mentiras por parte tanto de Alexandre como de Mila, en general nadie duda de la veracidad de lo que cuenta la chica y, al contrario de lo que ocurre en la vida real, no es insultada ni culpabilizada por lo sucedido. En el juicio se le pregunta por su "historial sexual" (aunque inicialmente dijo ser virgen en el momento de la violación, luego reconoce que no lo era, sino que había mantenido una relación con un hombre de 32 años, casado y con tres hijos e hijas), pero no se la juzga abiertamente por ello (lo que sí ocurriría en la vida real, como hemos visto hasta la saciedad en ciertos juicios mediáticos). Sólo Alexandre insiste en que Mila lo denunció por venganza: según él, el sexo fue consentido y ella se sintió dolida y avergonzada cuando él le confesó que todo fue parte de un "reto" (bizutage) con sus amigos, consistente en ligarse a una chica y volver a la fiesta con sus bragas (!). Además, dice que ella disfrutó del sexo y alcanzó el orgasmo, algo que ella niega rotundamente. Aun así, todas sus declaraciones son muy suaves, sin insultos de ningún tipo. De resto, sólo el padre de Alexandre la juzga: "Cuando una chica sigue a un chico a un cobertizo en plena noche, sabe lo que hace" (cito por los subtítulos en castellano o en traducción propia).

En todo caso, de lo que parece tratarse es de determinar si el pobre chico cometió un delito o "simplemente" no supo interpretar las "señales" que le enviaba Mila. (Por supuesto, nunca se habla de deseo, como si la función de las mujeres en el sexo fuera solamente la de "consentir", como comentaré en más detalle luego.) Y, sobre todo, de no "destruirle la vida" a este hijo y estudiante ejemplar por, como dice su padre (un tipo que se autodefine como "mujeriego" y "seductor", y yo definiría como un machista asqueroso), "veinte minutos de acción". Por supuesto, la destrucción de la vida de Mila no tiene importancia.

Como público, nunca llegamos a saber qué pasó realmente. Durante el juicio, vemos analepsis hacia la fiesta (en las que todo concuerda con lo que han dicho ella y él), pero la escena en el cobertizo nos es negada. En la última secuencia, vemos cómo entran y cómo salen: él, con toda la normalidad del mundo; ella, llorando, pero no con el dolor que todos los prejuicios patriarcales nos han enseñado que deberían mostrar las mujeres realmente violadas (más sobre esto luego).

Nuestro papel como público es, entonces, el mismo que el del jurado, el cual, lógicamente, tampoco ha visto lo que ocurrió. Pero... Tal como está narrada la película, tal como se comportan los personajes, tal como se dosifican los testimonios en el juicio, se posiciona claramente a favor del acusado. De hecho, tras un alegato muy potente y feminista, de la abogada de la acusación, la película (prácticamente) termina con el alegato del abogado defensor, quien muestra un enorme respeto hacia Mila (de nuevo: algo que no suele ocurrir en la vida real), pero deja claro que "no hay una única verdad, sino dos percepciones de un mismo hecho"; que se trata, en suma, de "la palabra de uno contra la palabra de la otra". Posteriormente, Alexandre le pide perdón a Mila (nunca tuvo intención de hacerle daño) y vemos la mencionada analepsis hacia la entrada/salida del cobertizo mientras la jueza pronuncia en off la sentencia: Alexandre es declarado culpable, pero a una pena avec sursis (suspendida) de 5 años (sentencia bastante incoherente, por cierto, y que es la que propone el fiscal).

Hecho el resumen (un poco largo, es cierto), quiero incidir en los mecanismos de manipulación:

🟣 Tratamiento de la víctima: Ya he mencionado el hecho de que la víctima sea muy bien tratada ―y creída― por casi todo el mundo. Sobre todo porque al público sí se nos hace dudar de su veracidad. Aparte de la comida familiar y una breve secuencia en la que ella y Alexandre escuchan música en el metro de camino a la fiesta, a Mila no la vemos hasta el minuto 47, tras un rótulo que indica Ella - Mila Wizman (todo lo anterior pertenecía al "capítulo" titulado Él - Alexandre Farel). La vemos en un taxi, llorando, y luego en casa de su madre. Inicialmente, ésta intenta disuadirla de poner una denuncia porque, si lo hace, "ningún hombre la querrá" para casarse (recordemos que es judía practicante y muy conservadora), pero después la apoya, acompañándola a comisaría y al hospital. A lo largo de todo este duro periplo, y aunque vemos a Mila llorar en algunos momentos, parece demasiado tranquila para, de nuevo, lo que los prejuicios patriarcales nos hacen esperar de una mujer violada. Antes de abandonar el hospital, una psicóloga le explica que el estrés post-traumático puede manifestarse de maneras muy diversas y que la víctima puede incluso comportarse de manera aparentemente "normal". Aun así, "choca" un tanto que, tras ese larguísimo día, tenga la suficiente presencia de ánimo como para ayudar a su hermana pequeña con los deberes y a su madre a poner la mesa. (En la novela, en cambio, que decidí leer para contrastarla con la película [me parecía inconcebible que una mujer hubiese escrito una obra así], queda claro que Mila está absolutamente traumatizada.)

Durante el juicio, la psicóloga relata la multitud de secuelas post-traumáticas que arrastra, pero su actitud al ser interrogada vuelve a ser relativamente "tranquila". Además, lo último que sabemos sobre ella es lo que cuenta el abogado de Alexandre: que ha empezado a estudiar cine (en la cena familiar había dicho que ése era su sueño) y, por tanto, se ha "reconstruido". Es decir, ella va a seguir adelante con su vida, mientras que el pobre chico ha visto la suya truncada para siempre, pues nunca podrá volver a estudiar ni trabajar en EEUU. Debo añadir aquí que hay otra vida que "destruye": la de su propio padre. Tras la denuncia, la relación entre su padre y la madre de Alexandre se rompe y, durante un descanso del juicio, mantienen una conversación en la que él le confiesa que ni ha "rehecho su vida" (detesto esta expresión, pero es literal) ni es feliz. Es evidente que sigue habiendo un gran "amor" (ahora imposible) entre él y Claire.

🟣 Tratamiento del violador: De entrada, como ya señalé, se le dedica bastante más atención: su "capítulo" abarca 47 minutos (aunque en ese lapso también hay escenas dedicadas a su madre y a su padre); el de Mila, unos 15. Resulta llamativo también que, pese a ser un pijo integral, rechace al prestigioso abogado que su padre está dispuesto a pagarle en favor del (joven e inexperto) que le han asignado de oficio, algo difícilmente creíble, ni siquiera como muestra de rebeldía hacia su padre, pero que pretende insinuar que, puesto que es "inocente", cualquiera puede defenderlo. Ya señalé que en el juicio se comporta muy respetuosamente hacia Mila, nada que ver con su actitud machista con sus amigos ídem en la fiesta ni con su ex-amante Yasmina, sobre la que hablaré luego.

🟣 La madre feminista: El que la madre de Alexandre, Claire, sea una reputada ensayista feminista no es en absoluto casual y acaba convirtiéndose en un alegato contra todas las feministas y nuestra lucha contra la impunidad de los violadores. De hecho, una de las primeras secuencias la muestra en un debate televisivo en torno a la violación de una chica por parte de un grupo de migrantes. Ella incide en el origen de los violadores, acercándose así, como le dice el propio moderador, a la extrema derecha, mientras que la otra debatiente, quien se alinea con lo que en Francia se denomina peyorativamente islamo-gauchisme (islamo-izquierdismo), insiste en que la cuestión no debería ser el origen de los violadores, sino el hecho de que anualmente se denuncien en Francia más de 140.000 violaciones, cuyos perpetradores son en su mayoría franceses... y muchos de clase alta.

Aun así... Por más que crea que hay más violadores extranjeros que patrios, Claire sigue autoproclamándose feminista; de ahí que resulte llamativo que en ningún momento se plantee ningún dilema en torno al delito que (presuntamente) ha cometido su hijo. De hecho, creo que cualquier madre, feminista o no, dudaría en algún momento de su hijo o, por lo menos, querría asegurarse de que es inocente, preguntándole algo así como: "Dime, por favor, que no es verdad". Claire, no (y, si tiene algún dilema durante los treinta meses elididos, no lo vemos y, por tanto, no existe para nosotras como público). En el juicio declara que está ahí como madre y no como feminista (una mujer que "aprendió a decir que no" [insinuando que, en el peor de los casos, Mila es culpable por no haberlo "aprendido"]), porque es imposible analizar la realidad con claridad cuando intervienen "los intereses personales". (En la novela, en cambio, tiene muchas dudas desde el momento en que lee la transcripción de la llamada de Mila a la policía, llamada que en la película no aparece.)

🟣 Los testimonios de la defensa: De entrada, son mucho más numerosos que los de la acusación, pero resulta llamativo (se me ha enquistado este adjetivo) que dos sean de mujeres que han tenido una relación con Alexandre y no sólo lo exoneran, sino que nos hacen creer que es normal que las mujeres consientan prácticas sexuales que no desean. La primera es una ex-novia, que empieza diciendo que Alexandre a menudo la obligaba a masturbarlo. Preguntada por la jueza si eso no le parecía violencia, declara que: "Je sais pas, ça se fait" ["No sé, esas cosas pasan"]: los hombres insisten y etcétera. Pero que cuando, por ejemplo, ella se negó a practicar sexo anal, él no la obligó, sino que sólo le pidió una felación. Preguntada si le apetecía hacérsela, dice que no. "¿Y eso le parece normal?". "No sé, ¿qué es normal y qué no?".

El caso de la segunda, Yasmina, una política con la que Alexandre trabajó como becario y con quien mantuvo una larga relación, requiere ciertos antecedentes. En la parte inicial de la película (antes de la fiesta), él la llama reiteradamente para verla y ella acepta, a condición de que borre todos los mensajes que han intercambiado (desde hace poco ostenta un alto cargo y teme algún escándalo). Se encuentran en el bar de un hotel y, conforme él va borrando los mensajes, lee algunos de ellos en los que se repite la palabra salope (puta), lo cual a ella parece no molestarle, pues en uno suyo le dice a él que quiere ser su chienne (puta). Alexandre también dice en un mensaje que quiere hacerle daño. A mí, personalmente, esto me dice que el tipo es sexualmente violento y siente cero respeto hacia las mujeres, y el hecho de que, en su declaración a la policía, Mila declare que él le dijo esas mismas palabras ("Chúpamela, puta" y "Voy a hacerte daño") me parece una prueba irrefutable de la violación. Y sin embargo... La declaración de Yasmina presenta estos insultos como parte "normal" del vocabulario erótico y, por tanto, sirve para exculparlo: el pobre chico creía estar manteniendo una relación "normal" con Mila.

Y esto me lleva a otro aspecto problemático de la película: la relación entre el padre de Alexandre, Jean, que tiene setenta años, y una becaria veinteañera, Quitterie. En la parte inicial de la película, la becaria acude al bar de un hotel para entregarle unos documentos. Él la invita a una copa y lo siguiente que vemos es a la pareja en la cama. Él se lamenta por no haber podido tener una erección y ella, muy sonriente, le dice que no se preocupe y lo acaricia hasta que lo "entona". Luego hay un salto a la mañana siguiente. Ella parece feliz y, en un momento dado, él dice que está bandé (erecto), la empuja contra un mueble y la penetra por detrás. Mientras lo hace, el rostro de ella no muestra ningún placer. Luego se da la vuelta, sonriente y tierna, pero, mientras se viste y abandona la habitación, la vemos descompuesta, como si le hubiese hecho daño la situación. Cuando Jean llega a la oficina, descubre que ella ha dimitido de su puesto "por motivos personales". De nuevo, pensamos que ese encuentro la ha dejado traumatizada, pero poco después le envía un SMS a Jean, donde dice que lo desea. ¿En serio? Entiendo que pueda haber hombres de 70 años atractivos (aunque no sé si para una veinteañera), pero desde luego Jean no lo es. Sin embargo, parece ser cierto, porque, treinta meses después, descubrimos que están conviviendo y... ¡tienen una bebé!

🟣 La literatura como legitimación: El abogado de la acusación utiliza como prueba de cargo contra Alexandre el hecho de que estuviera leyendo la novela de Georges Bataille Ma mère [Mi madre] y hubiese subrayado pasajes de extrema violencia, del estilo "Quand il m'a trouvée nue, il m'a violée" ["Cuando me vio desnuda, me violó"]. La respuesta del abogado defensor es que, entonces, cualquiera que haya leído a Bataille o a Sade podría acabar en prisión. El de la acusación menciona entonces una novela corta que escribió el propio Alexandre, donde cuenta la relación entre un becario y una asesora política, y describe una felación forzada y una doble violación (ésas son sus palabras; para mí, una felación forzada es también una violación). Alexandre lo justifica como una fantasía consentida con la mujer con la que entonces tenía una relación (Yasmina, a quien en el juicio escucharemos después y quien confiesa que ella lo incitó a escribir esa novela). De nuevo, la violación como una fantasía femenina.

Aunque nunca he entendido por qué se les cambia el título a las películas cuando el original es perfectamente traducible (aunque no sea literalmente), en este caso tiene algo de sentido, pues de lo que se trata es de defender a "el acusado". En el contexto de la película, el título original resulta bastante vago, por no decir casi ofensivo: ¿una violación como una "realidad humana" más? (No es el caso de la novela, porque ésta no habla sólo de la violación, sino también profusamente del resto de personajes, sobre todo de Jean y Claire, pero también de la madre y el padre de Mila, quienes en la película tienen poco protagonismo.)

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