(Meta)cine sobre cineastas pioneras: "La espiral maravillosa", de Isabel Medarde
Pocas películas me han maravillado tanto, y a tantos niveles, en los últimos años como La espiral maravillosa: Una aventura sobre las pioneras del cine (2022), de Isabel Medarde. De entrada, es absolutamente inclasificable: ¿documental?, ¿docuficción?, ¿falso documental?, ¿metacine?, ¿vídeotesis (doctoral)?, ¿vídeo-ensayo feminista? En realidad, es todo esto, además de un prodigio técnico.
Empezaré describiendo mis reacciones antes, durante y después del visionado. Confieso que no conocía la película hasta que el grupo de Facebook "Cinefórum Film: Hablemos de Filmin" organizó una sesión sobre ella. Cuando leí la sinopsis, me sorprendí porque nunca había oído hablar de la (presunta) cineasta pionera Leocadia Cantalapiedra, aunque el trabajo arqueológico sobre las mujeres silenciadas en (expulsadas de) la cultura nos regala constantemente nuevos hallazgos (el último hasta ahora en el ámbito del cine: María Forteza, posible autora de la primera película sonora realizada en España, el corto documental Mallorca1). La busqué en Google y sólo encontré datos sobre ella en la página de la productora del (presunto) documental, Bambara Zinema. Miré la fecha de estreno: 2022. Seguí indagando (todo esto antes de verlo: me irritaba mi [presunta] ignorancia) y leí que durante la pandemia ya estaba en post-producción. Concluí entonces que se trataba de un personaje de ficción2: más de cuatro años y yo sin enterarme me parecía imposible, máxime cuando (presuntamente) existían fragmentos de su obra, puesto que de las dos primeras pioneras (re)conocidas hasta la fecha, Elena Jordi y Helena Cortestina, no se han encontrado aún sus películas, Thaïs (1918) y Flor de España, o La leyenda de un torero (1923), respectivamente3.
Con esta certeza, y una enorme curiosidad, empecé a visionarla. Y fue como sumergirme, tal como sugiere el título, en una espiral maravillosa. La película nos cuenta la vida de Leocadia desde su infancia (nació en 1890) hasta 1929, fecha en la que renunció definitivamente al cine, tras: estudiar en la universidad; sufrir un "desengaño" amoroso (su prometido la dejó cuando su familia se opuso a que se casara con una universitaria, porque eso la convertía en potencial "revolucionaria"); pasar unos años (1913-1917) en EEUU, donde aprendió sobre fotografía y a escribir guiones, además de actuar como extra en varias películas; rodar, de regreso a España, escenas sueltas en la Residencia de Señoritas (merecido homenaje a las primeras universitarias de pleno derecho) y dos cortos bajo el pseudónimo de Nico Oliver, Four Elephants (inspirado en la banda de ladronas británicas llamadas The Forty Elephants) y Zapatos (un remake de Shoes [1916], de la estadounidense Lois Weber), que podríamos catalogar como realismo social)4; y, tras unos años de "frenesí" parisino que pasó de fiesta en fiesta (frenesí que nos transmite por medio de imágenes aceleradas, distorsionadas y/o multiplicadas), cuando empezó a sentirse colonizada por el personaje de Nico y decidió "matarlo", escribir el guión e iniciar el rodaje de la película surrealista-expresionista La Rainure bajo el pseudónimo de Zoe Lapierre.
¿Y cómo nos lo cuenta? Pues lo cuenta como una película muda: puras imágenes ―fotográficas y fílmicas, unas en blanco y negro y otras en color, magistralmente imbricadas para dar sensación de continuidad narrativa― con intertítulos y música de época de fondo. El relato está intercalado con escenas de una Leocadia mayor (interpretada por Marisa Oliden) escribiendo a máquina sus recuerdos, con lo cual los intertítulos funcionan como un texto autobiográfico. En cuanto al relato fílmico de la vida de Leocadia, se compone de: secuencias que claramente están tomadas de imágenes de archivo de la época (la lista de fuentes que figura en los créditos es ingente); secuencias que claramente han sido rodadas ―y luego oportunamente "envejecidas"― para la ocasión, con la propia directora interpretando el papel de Leocadia; y secuencias claramente de época que, al menos en un primer visionado, parecen retratar a la Leocadia real (confieso que, aun sabiendo que Leocadia era un personaje, ante ciertas secuencias, sobre todo de la primera parte, llegué a dudar) y, vistas ya con más atención y distancia, se revelan como imágenes de otras películas. De ahí que, en los créditos, el personaje de la Leocadia joven aparezca como interpretado por ocho actrices distintas, cuando sólo Isabel Medarde lo es en sentido estricto.
Vemos también imágenes de Leocadia rodando sus sucesivas películas, yuxtapuestas con imágenes de lo rodado (cine dentro del cine dentro del cine, como en una doble mise en abyme ―la espiral del título―), y de Leocadia/Nico proyectando Four Elephants en el Café Pombo y Zapatos en el Café Colonial de Madrid, yuxtapuestas con imágenes del público que la visiona. En el segundo caso, el público está formado por un grupo de ultraístas con un pomposo y casi grotesco Vicente Huidobro a la cabeza que inicialmente la aplaude y, cuando Nico les dice que es un remake de una película dirigida por una mujer, estallan todos en carcajadas de burla, mientras Huidobro dice "No sabíamos que las mujeres dirigiesen películas" y otro proclama que "la única dignidad de la mujer es la de ser madre".
Vemos, asimismo, fragmentos de películas de las cineastas pioneras a las que se rinde homenaje5: escenas del "retrato fílmico de nuestro país" titulado España (1905) que realizó Alice Guy, así como una fonoescena suya posterior; secuencias de Life's Mirror, película que figura como dirigida por Lois Weber y que Leocadia ve en Nueva York6; secuencias de Shoes, de Lois Weber; una secuencia de Les Vampires (1915-16), protagonizada por la también cineasta Musidora (que será un personaje importante en la vida de Leocadia en París, interpretada por Emma Delgado) y de la película dirigida e interpretada por ella Soleil et ombre (1922), una españolada muy típica de la época; y secuencias de La Coquille et le clergyman (1928), dirigida por Germaine Dulac con guión de Antonin Artaud, y que fue la primera película surrealista de la historia, aunque, tras el boicot que sufrió a manos de sus propios compañeros surrealistas (masculino literal y una nueva muestra de la misoginia de las vanguardias), al grito de "Germaine Dulac est une vache", cayó en el olvido y Un Chien andalou (1928), de Luis Buñuel y Salvador Dalí, pasó a la historia con ese mérito de "primera película surrealista". De hecho, Leocadia trabaja como asistente de dirección en La coquille... y es esto lo que la impulsa a rodar su propia película surrealista (con toques de expresionismo) La Rainure, de la que vemos escenas de rodaje y del resultado... aunque no podrá terminarla.
La espiral maravillosa concluye con una escena rodada (presuntamente) en Madrid en los años 60. En ella vemos a una joven estudiante asiática, vestida a la moda de la década, entrevistando a la hermana de Leocadia. Ésta le cuenta que, a raíz de su regreso a España tras perder todo su dinero en el crac de Wall Street de 1929 (más luego), Leocadia se "trastornó", aunque no consigue explicar muy bien en qué sentido: sólo alude a la diferencia de libertades entre Francia y España. También le enseña un álbum de fotos: Leocadia niña con su madre y su hermana (tal como las vimos al principio de la película), Leocadia en el papel de Nico (interpretada por Medarde como siempre la hemos visto), Leocadia conduciendo un coche (aspecto de su vida que no se había mencionado antes), etc. La estudiante se despide con un "discursito" en el que explica que, con su película (es una película lo que está preparando), pretende visibilizar a una pionera silenciada, ya que en la escuela de cine de Londres donde estudia no se habla de las mujeres cineastas (la chica sería, pues, una especie de alter ego de Isabel Medarde). Mientras la hermana de Leocadia la acompaña a la puerta, vemos al fondo a Leocadia, con la indumentaria con la que ha estado escribiendo sus memorias, mirándolas con una honda melancolía.
Y, tras un fundido en negro, la "revelación" que sorprenderá a una parte del público:
A lo largo de estos años de investigación sobre las pioneras del cine, Leocadia Cantalapiedra ha llegado a hacerse de carne y hueso, dialogando con aquellas mujeres que sí existieron, vivieron aventuras, crearon, anticiparon, arriesgaron y de las que tan poco se estudia en las escuelas.
Quizás este legado inventado perviva con otros nombres, como materia invisible, en alguna maleta polvorienta en el fondo de un armario, aún por descubrir.
Dije que iba a hablar también de mis reacciones después del visionado, pero este artículo empieza a hacerse demasiado largo. Sólo diré que continué indagando y descubrí, maravillada (ya, ya sé que repito esta palabra), que en YouTube están colgadas las películas íntegras Zapatos (que ya vimos en La espiral..., pero entrecortada con imágenes del público; https://www.youtube.com/watch?v=xRSLUzhlbXE) y La Rainure, una película absolutamente surrealista de casi quince minutos de duración (https://www.youtube.com/watch?v=cxFV_JJhE0M), que merecería un artículo aparte para analizarla a fondo (recordemos que Leocadia no pudo terminar el rodaje, con lo cual se trata de una obra independiente, que perfectamente podría distribuirse, bien como una película actual al estilo surrealista, bien como una película de finales de los años 20). Dije también que la película era un "prodigio técnico", pero, puesto que la técnica (en el sentido de cámaras, soportes, etc.) no es "lo mío", sólo pude valorarla en su justa medida tras escuchar las explicaciones de la directora sobre su ingente trabajo de investigación y de ensayo y error (con, además, escasez de recursos económicos) en el cine-fórum organizado por el grupo de Facebook antes citado y que recomiendo ver tras la película (https://www.youtube.com/watch?v=tPH_l1Pcpbc).
Y cierro ya el artículo... con una digresión:
🟣 La Historia como obstáculo:
Resulta llamativo, al conocer la biografía de Leocadia, que la Historia ―con mayúscula― se interponga siempre en su trayectoria vital y artística: la entrada de EEUU en la Primera Guerra Mundial en 1917 la obliga a regresar a España; una vez aquí, la pandemia de la (mal) llamada gripe española retrasa su dedicación al cine un año entero; finalmente, el crac de Wall Street de 1929 la deja en la ruina y le impide continuar con el rodaje de La Rainure en París. En realidad, y aunque es cierto que en ocasiones la Historia se ha interpuesto en la trayectoria de las mujeres artistas (pensemos en las mujeres de la Generación del 27, las sinsombrero, a quienes el golpe franquista de 1936 impidió continuar creando ―e incluso viviendo― en libertad u obligó al exilio), el verdadero obstáculo para las artistas del pasado ha sido la historiografía, que sencillamente las ha borrado de la Historia (de nuevo la mayúscula) de su arte... incluso estando todavía en vida, como fue el caso de Alice Guy, quien pasó años intentando, en vano, reivindicar su prolífica filmografía y su gran mérito de haber sido la primera persona en realizar una película de ficción, La Fée aux choux (1896).
Como conclusión, sólo diré que, si al leer la sinopsis de la película me pregunté "¿Cómo puede ser que no conozca a Leocadia Cantalapiedra?", tras verla me pregunto: "¿Cómo puede ser que no haya conocido la película de Isabel Medarde hasta ahora?".
Notas:
1 Sólo posible, porque es imposible determinar la fecha exacta. Se ha concluido que pudo realizarse entre 1932 y 1934, pero también pudo ser algo posterior, es decir, posterior a El gato montés (1935), de Rosario Pi, la que hasta ahora se considera la primera película sonora de autoría femenina realizada en España. Recomiendo el documental María i la pel·licula oblidada (2023), de Marta Hierro y Nuria Abad.
2 En realidad, si leemos, entera, la página web https://bambara.cc/laespiralmaravillosa/leocadia-cantalapiedra/, recibiremos confirmación, pero yo no llegué a tanto en mi indagación pre-visionado.
3 Para más información sobre Elena Jordi, véase el documental La voz de Thaïs (2021), de David Casals-Roma.
4 Nos cuenta que lo rodó con actores y actrices de teatros de la barraca y, como no tenía equipo de rodaje, "hice todo yo sola: dirigir, manejar la cámara, preparar el decorado y el atrezzo...". Y es precisamente así como se rodó La espiral maravillosa, con intérpretes no profesionales y con Isabel Medarde a cargo de la dirección, el guión, la dirección de arte y de producción, el montaje, la posproducción y el color grading, y, en colaboración con otras personas, también de la producción, el vestuario, el diseño sonoro, el diseño publicitario y el proyecto fotográfico.
5 También rinde homenaje, éste anónimo, a Segundo de Chomón, el primer cineasta español de éxito internacional, al mostrar escenas de su película La Grenouille (aunque con el título en inglés, The Frog), presuntamente una de las películas que Leocadia vio de niña. Sin embargo, no cuadran las fechas, puesto que la película es de 1908, cuando Leocadia tenía ya dieciocho años y estudiaba en la universidad. ¿Tal vez otro guiño de advertencia de la directora? (Véase nota 6.)
6 Acabo de descubrir, maravillada, que esta película no existe, sino que aparece como tal dentro de la película, ésta sí real, de la propia Lois Weber Idle Wives (1916): otra mise en abyme, que a su vez funciona como un guiño al público para que no nos creamos todo lo que vemos. Otros guiños, que yo sólo capté en el segundo visionado (no sé si por falta de atención en el primero o porque la película es tan hechizante que resulta difícil abstraerse), son el prólogo-texto, donde se la describe como "Una película basada en 'LA NO VERDAD' y rodada al estilo pionero con la cámara de cine abierta Axiom Beta"; el hecho de que en una escena recreada de la época parisina de Leocadia, al enfocar a Marcel Duchamp (es decir, a Daniel Ferrero, el actor que lo interpreta en La espiral...), aparezca con el rótulo "Rrose Sélavy (Marcel Duchamp)", en alusión al personaje femenino creado por él; o que algunas escenas de la época parisina pertenezcan claramente a películas estadounidenses, incluidos rótulos en inglés. Estoy segura de que existen muchos más, que requerirán, para su detección, visionados adicionales (los habrá) y bastante investigación por mi parte.
Estupenda reseña. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias, compañera (seas quien seas) 😊.
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