"Mamífera", de Liliana Torres: Sólo se salva el título
Tenía mucho interés en ver esta película porque en el cine (español) sigue siendo tabú mostrar a mujeres que abortan "porque sí", es decir, porque no quieren reproducirse, independientemente de su estado de salud, económico o familiar. El título, además, me parecía ―me sigue pareciendo― muy elocuente, puesto que, pese a que (se supone que) la "civilización" nos ha colocado por encima del reino animal, todavía se espera que las mujeres nos reproduzcamos como si fuésemos meras mamíferas.

Sin embargo, el desarrollo y el resultado me han decepcionado profundamente. De entrada, y aunque reconozco que se trata de una opinión muy subjetiva, la pareja que forman Lola y Bruno es absolutamente empalagosa e inverosímil, sobre todo cuando, ya bien entrada la película, se nos cuenta (en una de tantas informaciones metidas con calzador) que llevan años de relación; es decir, no están en plena fase de enamoramiento, cuando el empalago podría tener un pase. También ―y también subjetivamente― me ha parecido empalagoso e inverosímil el grupo sororo que forman Lola y sus amigas.
Pero lo peor es cómo aborda el tema de la (no) maternidad, pues el guión está lleno de obviedades, clichés, coincidencias demasiado oportunas y exageraciones:
🟣 ¿En serio hacía falta que una de sus amigas esté machacándose con un tratamiento de fertilidad, para más inri como madre soltera, y precisamente durante los tres días en los que se desarrolla la trama descubra que el último intento de implantación ha resultado fallido? ¿No habría bastado con que hablase, por ejemplo, de su dificultad para embarazarse?
🟣 ¿En serio una mujer de 40 años que nunca ha querido reproducirse va preguntando por ahí a otras mujeres que por qué quieren ser madres (caso de la mencionada amiga), qué se siente al serlo (otra amiga) o si se han arrepentido de haberlo sido (su madre)?
🟣 ¿En serio una mujer presuntamente culta busca en Google "dones sense fils" para leer una sarta de imbecilidades, como que son mujeres incompletas, unas amargadas, etc.? La exageración llega al punto de meterse en un foro de mamás en el que alguien escribe algo así como: "Yo tengo una compañera de trabajo sin hijos y es buena persona"1. Es cierto que todavía hoy, en pleno siglo XXI, las mujeres sin hijas o hijos inspiramos cierto rechazo y/o suspicacia (¿o acaso será envidia?), pero no hasta ese punto caricaturesco.
Por supuesto, resulta comprensible que, en una situación así, la protagonista pase por algún momento de duda, como siempre que una se enfrenta a una decisión irreversible ("¿Y si luego me arrepiento?"), sobre todo porque ésa era precisamente la intención del obligado "período de reflexión" de tres días marcado por ley antes de un aborto (en 2023 se eliminó por fin2): como dice la propia Lola al salir de la clínica, se trata de un brainwashing en toda regla. Ahora bien, una cosa es dudar y otra cosa es andar haciendo preguntas más propias de una adolescente que de una mujer adulta.
La sinopsis y las reseñas de la película nos hablan de las "presiones sociales" que tendrá que afrontar Lola. Y es indudable que esas presiones existen, algunas muy explícitas y otras subliminales, como las que impregnan los discursos cinematográficos y publicitarios. Ahora bien ―sí, sé que me repito―, el hecho de que la protagonista se tope casualmente con unos enormes carteles publicitarios con fotos de mujeres mayores (y hombres: son anuncios de un banco) y la pregunta "I a tu? Qui et cuidarà?" roza la caricatura. Como también caricaturescos son los sueños en plan collage que tiene cada noche y que, más allá de su nulo valor estético, parecen sacados de la época franquista: por suerte, y aunque perduran muchos ―demasiados― vestigios, algo ha cambiado la sociedad desde entonces.
Por no creerme, ni siquiera me he creído que el parejo decida separarse durante esos tres días porque de repente ha descubierto que quiere ser papá. Es cierto que muchos hombres no quieren reproducirse hasta que deciden, a veces con 50 o 60 años, que sí quieren (ellos no tienen límite de edad) y no dudo de que algunos lo decidan en el breve plazo de tres días, pero, en el contexto de la empalagosa relación que mantiene con Lola, no resulta verosímil. Tendría más sentido que lo hiciese a posteriori, tras reflexionar que podría haber sido papá y que ella se lo "impidió". Claro que entonces ya no tendría cabida dentro del guión...
🌐 Digresión: Aunque esto es irrelevante para el tema que me ocupa, me irritó profundamente la, llamémosla, "cuestión laboral". Si tomamos en cuenta que, salvo para la alta burguesía y ciertos gremios privilegiados, el trabajo ocupa la mitad de nuestro tiempo de vigilia, sorprende que haya tantas películas en las que ni siquiera se menciona en qué trabajan las y los protagonistas. Aquí ocurre algo similar. De Bruno sabemos que trabaja en una "fundación", pero no de qué tipo ni haciendo qué, salvo que puede cogerse tardes libres cada vez que quiere. De Lola sabemos que acaba de ser nombrada (¿enchufada?) profesora titular en una universidad y que su trabajo (que lleva aparejado un muy buen sueldo, según nos cuentan [otro dato metido con calzador] al principio) consiste en dar tres (sí, TRES) horas de clase a la semana. Lamentablemente, esto sí es verosímil (el funcionariado académico español trabaja muy poco). Pero ¿de qué es profesora? Pues a saber... La vemos sólo un día en la universidad, en una clase donde lo que hace es... ¡mostrar sus propios collages (a los que, como dije antes, yo no les encuentro ningún valor artístico)! Es como si a mí me regalasen una poltrona de profesora titular de Filología para... ¡comentar mis novelas! 🌐
He leído por ahí que se trata de una película "valiente" y quizá lo sea, por el simple hecho de mostrar la realidad silenciada de la no-maternidad por elección. Sin embargo, en última instancia acaba cayendo en la misma glorificación de la maternidad que pretende cuestionar, pidiendo, eso sí, "tolerancia" (detesto esta palabra) hacia las (pocas) mujeres bichos raros que, como Lola, decidimos no ejercerla.
Notas:
1 Cito de memoria porque, aunque cuando reseño una película suelo visionarla al menos dos veces, en este caso sería un ejercicio de masoquismo.
2 Ley Orgánica 1/2023, de 28 de febrero, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.
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