El "saqueo" (que no plagio) de mis novelas "Gajos de naranjas" y "Todas las islas la Isla" por parte de Dolores Payás
En junio de 2023 publiqué aquí un artículo titulado "La (des)protección de la propiedad intelectual en España", donde contaba a trazos gruesos, sin nombre ni título, cómo una escritora conocida (y conocida mía) se había "inspirado" profusamente en mis dos novelas, Gajos de naranjas (2014) y Todas las islas la Isla (2021), para confeccionar la última suya, Ultimate Love (2023): nada menos que SESENTA Y CINCO "coincidencias" de diverso tipo, que en realidad son más, puesto que algunas pertenecen a una de las novelas, pero otras pertenecen a las dos: aunque son muy distintas, las dos son mías y, por tanto, se repiten algunas ideas, expresiones y palabras muy «personales». Aparte, hace años que no releo Gajos de naranjas entera, con lo cual es posible que haya olvidado algunos detalles que Dolores Payás tenía más frescos.
En aquel momento no me atreví a hacer público su nombre, en parte por miedo a que pudiera reaccionar plantándome una querella por difamación o algo así (ella tiene una editorial que la respalda y yo soy autoeditada; ella es alta burguesía y yo no llego ni a precariado) y en parte por no darle publicidad a su "copia y pega" (... y cambia alguna palabra para engañar al Turnitin) vendido como novela y que es un auténtico pestiño (si conseguí llegar al final, fue sólo para ubicar todos los "préstamos" de las mías; de lo contrario, la habría dejado inconclusa bastante pronto).
🌐🌐 Aunque recomiendo leer el artículo original, donde reflexiono sobre la desprotección que genera la incomprensible legislación española, vuelvo a copiar aquí el correo del abogado de la ACE (Asociación Colegial de Escritores) al que consulté en su momento:
Después de leer tu informe, no me cabe la menor duda de que esa persona se ha «inspirado» en tu/tus obras. Y eso dudo que alguien pueda negarlo. Sin embargo, desde el punto de vista de la propiedad intelectual y los derechos de autor, es perfectamente lícito inspirarse en obras ajenas, y conociendo la justicia como la conozco, cualquier juez de lo mercantil desestimaría la demanda en base a ese argumento. Ha sido lo suficientemente lista para disfrazar las ideas con otras palabras u otras formas de expresión, y la copia literal es demasiado escasa.
Puesto que, jurídicamente al menos, no se trata de plagio, la única opción que me ofreció fue demandarla por "competencia desleal", es decir, "aprovechamiento del trabajo y el esfuerzo ajenos", pero se trataría de un proceso carísimo que no podría costearme. 🌐🌐
Lo que sí hice fue escribirle una carta a la editorial (Círculo de Tiza), detallando el caso y acompañándola de mis dos novelas: "Puesto que les gustó tanto ésa, quizá les interese reeditar las mías, que, modestia aparte, son bastante mejores". Por supuesto, no recibí respuesta (no la esperaba), pero me di por satisfecha con que lo supieran, aunque a la autora ya se lo había insinuado al leer la sinopsis (es decir, antes incluso de leer la novela y contar el astronómico número de "coincidencias") en su muro de Facebook: "Me alegro de que mis novelas te sirvieran de inspiración" (dicho por supuesto con ironía). Ni se molestó en "defenderse": me bloqueó ipso facto. Si la editorial se la publicó por enchufe directo, mi carta no tendrá consecuencias. Ahora bien, si el enchufe fue indirecto, a través de su agente literaria (la señora tiene agente literaria, ¿cómo no?), tal vez en un hipotético futuro en que "saquee" a otra pobre escritora autoeditada reflexionará antes de publicarla. (Doy por hecho que el 99 % de las novelas que se publican en España, ya sean buenas, malas o mediopensionistas, lo son por enchufe directo o indirecto.)
"¿Y por qué lo hago ahora?", se preguntarán. En parte porque ya no tengo miedo: mientras no califique sus actos como plagio (y técnicamente, de acuerdo con las [injustas] leyes españolas, no lo son), no estoy "difamando", pues todo lo que digo es demostrable: los "préstamos" saltan a la vista y conservo los mensajes de WhatsApp donde me confirmó la recepción de mis novelas (la primera la compró en agosto de 2021 y la segunda en febrero de 2022) y otro, de noviembre de 2021, donde comentaba, a petición mía, la primera... con bastante menos entusiasmo, por cierto, que el que demostró al "saquearme" frases e ideas completas. Y, aunque nunca reconoció haber leído la segunda, tuvo suficiente tiempo para hacerlo. En cuanto a la "publicidad", ha pasado un año y medio desde la publicación, con lo cual, teniendo en cuenta la obsolescencia programada del mundillo literario español, ya nadie la recordará (tampoco es que recibiera mucha atención en su momento: a fecha de hoy [23 de septiembre de 2024] la novela tiene 21 valoraciones en Amazon, con un promedio de 4,1, y sólo 5 con brevísimas reseñas1).
Pero hay más motivos... He llegado a una situación de total hartazgo ante la simultánea "apropiación" de mis ideas y/o textos y menosprecio por parte de señoras burguesas presuntamente feministas (presuntamente, porque una de las claves del feminismo es la sororidad) por no pertenecer a su clase ni disfrutar de alguna poltrona académica o política. (Señalo a las feministas porque ése es mi ámbito de trabajo intelectual, académico y literario; si fuera otro, me referiría a "las y los señores burgueses presuntamente de izquierdas" [presuntamente, porque en este país la izquierda se ha extinguido], ya que vivimos en una sociedad estamental en la que el prestigio cultural, intelectual y académico se lo reparten las élites.) El desprecio me afecta en la medida en que invisibiliza mi trabajo y me cierra oportunidades económicas relacionadas con él, pero lo asumo porque es recíproco. La apropiación de mis ideas y/o proyectos académicos me indigna, pero empiezo a acostumbrarme. En cambio, la usurpación de mi creación literaria me duele en lo más hondo porque mis dos novelas son lo más personal e intransferible que he escrito. Y es que, además, hay serios agravantes:
1) Fue perpetrado por una persona conocida desde hacía tiempo, cuando en mis cursos anuales de cine de la Universidad Complutense de Madrid (2006-2011) proyectaba una de sus dos películas. Posteriormente, en las dos primeras ediciones de mi curso online "Mujeres de Libros" leímos su primera novela, Adorables criaturas, de 2013, y ella participó en los coloquios (por supuesto sin remuneración); y, en medio, en un congreso en 2021, presenté una ponencia sobre ella que se publicó en las actas en 2022 (el artículo sigue en mi currículum, pero le he dado cero difusión). Cuando me pongo en contacto con una escritora o cineasta no lo hago como un "favor", sino porque las entrevistas con ellas enriquecen mis cursos y/o artículos, y por tanto no espero "agradecimiento" por darles "publicidad", pero desde luego tampoco puñaladas traperas. Aparte, en Payás percibo incluso un componente de recochineo. En primer lugar, porque debía de saber que yo me enteraría de ―y leería― su novela y, en segundo lugar ―y más grave aún―, porque, dado que Todas las islas la Isla es autoficción, utiliza aspectos de mi propia vida, algunos absolutamente prescindibles a nivel literario como que su protagonista siente debilidad por los pendientes largos (!!), que le apasiona nadar (aunque nunca la veamos nadando) o que antaño, en Madrid (la protagonista vive ahora en Cádiz, ¿casualmente? la ciudad natal de Sara, la protagonista de Gajos de naranjas), compaginó las traducciones con la docencia en una universidad (en mi caso, era al revés: compaginaba la docencia, mi auténtica vocación, en New York University - Madrid [innominada en la novela], con traducciones a destajo puramente alimenticias). Que su protagonista sea traductora, como yo y como Nadia en Todas las islas la Isla, podría ser una simple "coincidencia", puesto que la autora ha traducido un par de libros (aunque ella lo hace como entretenimiento y yo por supervivencia económica), pero que también sea profesora universitaria no sólo era innecesario, sino incluso inverosímil, ya que no tiene más que una triste licenciatura y la docencia universitaria exige estar en posesión de un doctorado, como Nadia y como yo (y, por cierto, también la Sara de Gajos de naranjas, aunque el suyo es en Ciencias de la Información y ella es profesora universitaria de Periodismo y no de Literatura, como la protagonista de Payás, Nadia... y yo).
2) A raíz de esto, decidí nunca más trabajar sobre escritoras vivas, puesto que ya no me fío de mi criterio y no quiero contribuir a dar visibilidad a obras quizá torticeras. Estoy casi convencida de que Adorables criaturas es propiamente suya (a menos que la haya copiado textualmente, es decir plagiado en el estrechísimo sentido jurídico español), pues es una estupenda novela, con unidad argumental y de estilo, y con personajes que, aunque caricaturescos, son coherentes y por tanto verosímiles dentro de las convenciones del género de la parodia. Es decir, nada que ver con el refrito de la ultimate (permítaseme el juego de palabras). Aun así, queda la duda, sobre todo porque en conversaciones conmigo y con la autora de un blog negó cualquier "influencia" de otras obras... pese a que, al tratarse de una reescritura paródica de la novela realista decimonónica, las alusiones subyacentes a novelas de esa época no sólo eran "legítimas", sino incluso "obligatorias"2. (Por cierto, desde entonces también decidí no volver a leer a escritoras españolas vivas.)
Y ahora las pruebas. Copio aquí la sinopsis, directamente extraída de la contraportada:
El encuentro entre Lord Peregrine Fox, un decadente aristócrata rural inglés, y Rocío Medina, traductora gaditana y muy plebeya, parecía estadísticamente imposible. Y, sin embargo, sucedió. Cosa de las páginas de citas y sus algoritmos (¿serán los algoritmos más ciegos que el amor?).
Los dos han sobrepasado el malecón de la sesentena. Los dos son inteligentes, cultos, comparten pasión por las palabras y un afilado sentido del humor. Cuatro frases escritas con gancho bastan para confirmar la atracción. Sigue luego un ejercicio de seducción literaria, intercambio de mails en el que ambos despliegan sus plumajes más relucientes. A través de las palabras se construyen a sí mismos y a su deseo, sin haberse visto ni hablado por teléfono. Toda una hazaña.
La primera cita tiene lugar en los territorios lluviosos de él. Momento temible. Pero la colisión del sueño con la realidad no hace más que consolidar el edificio construido. Se deleitan y fascinan. Oh, milagro. La segunda cita será en los reinos soleados de ella, de nuevo transcurre en un puro embeleso. Oh, maravilla.
Se aman, como nunca habían amado. Y el tiempo apremia. Lo que les quede de vida, sea mucho o poco, tienen que pasarlo juntos. Prudencia, sensatez, y otras tantas virtudes atribuidas a la senectud vuelan a los cuatro vientos. Una pasión tan colosal requiere lanzarse a pecho descubierto. Y que arda Roma. Quién sabe lo que les depara el futuro a Rocío y a Pip. Pero si con estas páginas he conseguido darles a los dos una nueva existencia, aleluya.
Quien haya leído mis dos novelas, o incluso solamente las sinopsis, captará enseguida que el hilo argumental se parece mucho al de Gajos de naranjas (sinopsis: "Sara evita las relaciones de pareja convencionales y se limita a entablar relaciones sexuales, a menudo a través de una página de contactos por Internet. Sin embargo, cuando conoce a Raúl, la intensa atracción que le despierta [...]) y que la correspondencia mediante correos electrónicos es uno de los recursos que utilizo en Todas las islas la Isla (sinopsis: "A la par que relata sus encuentros y [...] desencuentros con familiares, amistades y su amante de Tierra Firme, le escribe largos correos electrónicos a éste [...]") y, aunque no lo haya "inventado" yo, ha sido considerado como muy original por mis lectoras.
No voy a detallar aquí las 65 "coincidencias" en términos de argumento, ideas e incluso frases concretas, porque me haría falta casi otro libro, sino sólo las más destacadas. (Si les interesa conocerlas todas, las he recopilado en este documento en PDF que pueden consultar.) Tomadas por sí mismas, una a una, la mayoría podrían ser en efecto coincidencias (y quizá alguna sí lo sea), pero la suma es demasiado astronómica como para atribuirla al mero azar.
🟣 Hilo argumental:
Como ya mencioné, a grandes rasgos es el mismo que el de Gajos de naranjas: ambas novelas cuentan una historia de "amor" (Sara, Nadia y yo siempre le ponemos comillas; la protagonista de Payás, no), iniciada a través de una página de contactos de Internet, de principio a fin. La gran diferencia es que mi novela es antirromántica y la de Payás es todo lo contrario, aunque ello cree una enorme incoherencia cuando regurgita las ideas de mi Sara sobre el "amor" (más luego).
🟣 Correos electrónicos:
Aproximadamente un tercio de la novela de Payás la componen correos electrónicos entre los personajes protagonistas; en mi Todas las islas la Isla, siete de los veintiocho capítulos son correos electrónicos de Nadia a Jacinto y otros tres son intercambios de correos entre él y ella (también aproximadamente un tercio, si no en número de páginas [los correos unidireccionales son relativamente breves], sí en términos de capítulos). Lo más llamativo es que, normalmente, cuando en una novela se intercala algún correo electrónico, se suele poner sólo el cuerpo del texto. En cambio, en Todas las islas la Isla yo los presento tal como los visualizo en mi cuenta de Hotmail, con cuatro líneas sangradas a la izquierda que indican "Remitente" (con nombre completo), "Destinatari@" (ídem), "Fecha" (abreviada con hora exacta) y "Asunto" (incluida la abreviatura "Re:" que aparece cuando es respuesta a un correo anterior). Payás no copia mi formato tal cual, pero indica, en su caso en dos líneas centradas, "De [correo electrónico] para [ídem]" y, debajo, la fecha deletreada y la hora exacta.
Eso en cuanto al (ab)uso y el formato de los correos. En cuanto al contenido, sólo puedo decir que los de Payás son absolutamente plúmbeos. Si, tal como indica en la sinopsis, los que se intercambian los personajes antes de conocerse son "un ejercicio de seducción literaria", no veo cómo ni ella ni él pueden seducirse de esa manera, pues no hay ni humor ni poeticidad por ningún lado. En cuanto a la segunda tanda de correos, los de la ruptura, son repetitivos hasta la saciedad y podría haber sintetizado las cuarenta páginas que ocupan en cuatro o cinco. No me corresponde aquí ensalzar los míos, pero quienes los hayan leído podrán percibir una gran diferencia, pues, por lo general, incluso los más "oscuros" contienen humor, juegos de palabras y/o poeticidad.
🟣 Protagonista femenina:
Ya mencioné las coincidencias entre la protagonista de Payás y la Nadia de Todas las islas la Isla en términos de estudios, profesión e incluso indumentaria. Mencioné también la natación, que está muy presente en Gajos de naranjas, donde vemos a Sara nadando en diversas ocasiones (en un polideportivo, en una playa de Almuñécar y en varios sueños), y en Todas las islas la Isla, donde Nadia se refiere reiteradamente a sus piscis (del pasado y el presente) y en dos ocasiones habla de sentirse como una "sirena feliz". A la protagonista de Payás, en cambio, nunca la vemos nadando, por lo que su "pasión" podría haber sido perfectamente correr o jugar al ping-pong sin que ello cambiase nada.
En cuanto a la personalidad, da la impresión de que Payás quiere que su protagonista se parezca a las mías... pero no lo consigue. La define como "mujer libre y soberana de mi propia vida" (pág. 48), en lo que parece una paráfrasis (para algo están los diccionarios de sinónimos) de Nadia cuando se siente "reina (al menos de mí misma)" (pág. 231) y de Sara al definirse como "una mujer fuerte y libre" (pág. 50). Y, sin embargo, su protagonista no es en absoluto independiente (es romántica hasta el empalago) y, por supuesto, tampoco feminista. También, curiosamente, dice que "mi alma es algo gitana" (pág. 49), de igual modo que Nadia habla de su deseo de "no perder mi autonomía de nómada" (pág. 65; otra vez un sinónimo, en este caso bastante desafortunado por sus tintes racistas), pero no hay datos que respalden esa afirmación. Y, no bastándole con eso, alude también a las "raíces": su protagonista dice que "Mis raíces se sustentan en el aire" (pág. 49), de modo análogo a Nadia cuando se pregunta "¿De qué sirve tener raíces, si una no puede llevarlas consigo?" (pág. 41).
🌐 No me extiendo sobre el (ridículo) coprotagonista masculino porque éste sí que no se parece en nada ni al Raúl de Gajos de naranjas ni al Jacinto de Todas las islas la Isla. Es posible que para ese personaje Payás se haya "inspirado" en alguna novela de escritora inglesa autoeditada... o en un personaje real: en más de una entrevista ha insinuado que la novela tiene un componente de autoficción (¿otra coincidencia?) y que la protagonista es un alter ego suyo, como Nadia lo es de Jacqueline (sinopsis: "Nadia, alter ego confesa de la autora"), aunque la de Payás no tenga nada que ver con ella en términos de orígenes, formación o profesión, mientras que mi Nadia es reconociblemente yo. 🌐
🟣 Reflexiones sobre el "amor" y las relaciones:
La novela de Payás está trufada de reflexiones sobre el amor que están directamente "inspiradas" en Gajos de naranjas, pese a que, en un ejercicio de absoluta incoherencia narrativa, ni la personalidad de la protagonista ni la celebración del romanticismo que globalmente lleva a cabo la novela (relean la sinopsis copiada arriba) las justifiquen.
🌐 La búsqueda de interlocutor:
Contrariamente a mi costumbre, uso el masculino genérico porque ése es el título de un ensayo de Carmen Martín Gaite en el que define así el impulso amoroso (y la pulsión literaria), como también lo hace en El cuento de nunca acabar, ensayos en los yo me he inspirado para mis propias reflexiones... con la "pequeña" diferencia de que, si bien no cito a Martín Gaite cada vez que utilizo las palabras interlocutor o interlocutora, la "deuda" es explícita gracias al epígrafe de la novela, que está tomado de El cuento de nunca acabar:
Lo primero que surge en los grandes amores creo que es esta ilusión (más o menos trabajosamente convertida luego en certidumbre) de que nos hemos topado con aquel interlocutor añorado desde la infancia, el que es capaz de derribar nuestras murallas de recelo y pudor y que parece responder derribando, a su vez, incondicionalmente las suyas. (pág. 9)
Para que se hagan una idea del nivel de "inspiración" de Payás en mis novelas (¿habrá leído a Martín Gaite?), aquí van algunas citas:
La protagonista habla de "Un interlocutor, un amante" (pág. 29) y más tarde dice: "en ti veo a un amante, no solo a un interlocutor intelectual" (pág. 188). En Gajos de naranjas es Raúl quien explícitamente busca "Una interlocutora con quien hablar los diversos idiomas (el emocional, el sensorial, el intelectual)" y las palabras interlocutor e interlocutora se repiten otras nueve veces. De modo análogo, y aunque las relaciones amorosas no son el tema central de Todas las islas la Isla, en dos ocasiones Nadia se refiere a Jacinto como "interlocutor" (pág. 177) e "interlocutor privilegiado" (pág. 123).
Además, debió de gustarle mucho el planteamiento de Raúl, que luego Sara repite ("hablar los diversos idiomas, el emocional, el sensorial y el intelectual" [pág. 268]), puesto que lo copia casi textualmente (el casi gracias, de nuevo, al diccionario de sinónimos): "La vibrante emoción ―intelectual, sentimental, sexual―" (pág. 165).
🌐 El amor como entelequia:
Cito a Sara en Gajos de naranjas:
Pues yo no creo en el amor. No es más que literatura, discurso, el nombre que se da a la dependencia del otro, al miedo a la soledad, a la búsqueda de un interlocutor o testigo de la propia vida. Una entelequia, en suma.
Aparte de la cuestión del interlocutor, de la que ya he hablado, Payás no copia directamente esta definición, pero en determinado momento dice que "aquella gran pasión ya apuntaba más a una idea abstracta" (pág. 299) y luego la describe como "artificio literario" (pág. 329). La "idea abstracta" puede provenir de esa cita o de esta otra, de Todas las islas la Isla, donde Nadia le escribe a Jacinto: "Alopior es sólo desde lo simbólico. Alopior sólo te echo de menos porque ahora ya no tengo quién me piense... ni a quién pensar yo" (pág. 233).
🌐 El amor como adicción:
En Gajos de naranjas, Sara piensa a menudo en el amor como adicción (uno de los capítulos se titula, tomando prestado el título de un ensayo de Teresa Vilarós cuyo tema es muy otro [la Transición a la "democracia" en España], "El mono del desencanto") y en cierto momento dice: "Tal como proclamó Cristina Peri Rossi, el amor es una droga dura" (pág. 145). Por su parte, la narradora de Payás dice: "A estas alturas, resulta superfluo afirmar que el amor romántico es una droga dura" (pág. 343), saltándose alegremente la referencia a la autora original y evitando la copia textual mediante la inserción de un adjetivo.
🌐 Las relaciones mismas:
Pese a que, como ya señalé, la protagonista de Payás es empalagosamente romántica, dice buscar en la página de contactos "un amante y amigo" (pág. 31) o un "amigo-amante" (pág. 92). Compárese con Gajos de naranjas, donde Sara describe su relación con Raúl como de "amantes-amigos" (pág. 194), y con Todas las islas la Isla, donde Nadia describe la suya con Jacinto como "peculiar relación de amigamantes" (pág. 54).
🟣 Otros detalles:
Como ya mencioné, no es mi intención recoger aquí todas las "coincidencias" entre la novela de Payás y las mías, pero no puedo evitar señalar unas cuantas más muy llamativas, ahora en plan esquemático y sin orden ni concierto:
🌐 Payás: "Como los marineros de Homero, Rocío tuvo que atarse [...] para desoír estos cantos de sirena" (pág. 350). Como es palpable desde la sinopsis ("Al contrario que el de Ulises, mi regreso a Ítaca fue sencillísimo. La tenebrosa odisea comenzaría después"), el mito de Ulises es el hilo conductor de Todas las islas la Isla (TII) y el primer capítulo se titula precisamente "Cantos de sirenas" (en este caso, la autora sortea el Turnitin mediante una perífrasis ["los marineros de Homero"]).
🌐 La protagonista de Payás a su amante: "Tú eres la única luz que brilla en mi vida" (pág. 356). Nadia a Jacinto en TII: "tú has sido mi 'lucecita', la única que me ha alumbrado [...] los últimos años" (pág. 208; más sinónimos).
🌐 Payás: "el aviso de la luz roja que parpadeaba [...] ¡peligro!" (pág. 343). Sara en Gajos de naranjas: "portaba un gran cartel con la palabra PELIGRO" (pág. 43).
🌐 Payás sobre Gran Bretaña: "'isla herética' [...], 'isla cismática'" (pág. 52). Yo sobre la Isla innominada en TII: "Isla-cárcel, Isla-sepulcro, Isla lotófaga, Isla circense [...], Isla-remolino" (pág. 13).
🌐 El coprotagonista de Payás a la protagonista: "Enciende velas [...]. Da igual que seas atea" (pág. 113). Nadia en TII: "Tendré que poner unas cuantas velitas (ateas)" (pág. 90); "Y prenderé mil velas (ateas)" (pág. 133).
🌐 Payás: "Estoy a dos mil kilómetros lejos de ti" (pág. 187). Nadia a Jacinto en TII: "a dos mil kilómetros de distancia" (pág. 35); "sin ti, incluso a 2.000 kilómetros de distancia" (pág. 217). Esto puede ser pura coincidencia, ya que las distancias son similares: entre Madrid y la Isla, en línea recta, hay 1.948 km; entre Cádiz y Londres (confieso que no recuerdo dónde vive exactamente el parejo de la protagonista y no me apetece nada rebuscar en el mamotreto para verificarlo, pero no era muy lejos de la capital), 1.734 km... con lo cual habría sido más apropiado redondear a la baja, a 1.500 km. Pero bueno... Cada cual redondea según le apetece... o según lo que la ha "inspirado".
Y aquí lo dejo, aunque animo a las lectoras que hayan llegado hasta este punto a consultar el PDF con la lista completa. Mientras leía la novela e iba subrayando todas las "coincidencias", en mi imaginación la veía a ella haciendo lo mismo... es decir, leyendo mis dos novelas y subrayando las frases e ideas que podía "exportar" a la suya. Pero, por supuesto, es sólo mi imaginación (léase con sarcasmo dolorido).
Notas:
1 En la misma fecha, mi Gajos de naranjas tiene 4 valoraciones, con un promedio de 4,1, 3 de ellas con reseñas más largas que las de Payás, mientras que Todas las islas la Isla tiene 10 valoraciones, con un promedio de 4,7 (aunque el promedio es engañoso: 9 son de 5 y sólo una de 3), y 7 con reseñas bastante extensas. No incluyo aquí las capturas de pantalla, pero las he guardado por si las cifras cambian significativamente a raíz de esta publicación.
2 Por ejemplo, en una entrevista en el blog Maleducadas, Dúas Lúas comentó que percibía "reminiscencias pardobacianas" y ella respondió: "leí a la [sic] Pardo Bazán cuando tenía 15 o 16 años. No la he releído más, así que cualquier semejanza de estilo debe ser más intuitiva o azarosa que real" (s.p.). Pues bien: el personaje de la nodriza está calcado del de la nodriza de Los Pazos de Ulloa, aunque con el mérito de que Payás le da al personaje un toque de humanidad que está ausente en la novela de Pardo Bazán. Por mi parte, yo le pregunté si el nombre del protagonista masculino, León de Ubach, tenía algo que ver con el de La familia de León Roch de Benito Pérez Galdós, y el del amante mujeriego de una de las protagonistas femeninas, Álvaro, remitía al Álvaro Mesía de La Regenta de Leopoldo Alas, y también lo negó. Pese a ello, en mi artículo mencioné estas ―para mí― evidentes intertextualidades: "Es inevitable pensar en La familia de León Roch (1878) de Benito Pérez Galdós, aunque la autora no haya pretendido establecer tal conexión (comunicación personal)" (pág. 296); "un seductor con ciertas resonancias del Álvaro Mesía de La Regenta" (pág. 299). Aprovecho para señalar que no he mencionado aquí su segunda novela porque me pareció bastante más floja que la primera, aunque sin llegar a la infumabilidad de la última.
Bibliografía:
Cruz, Jacqueline. “Adorables criaturas de Dolores Payás: Una reescritura de la novela decimonónica ‘en femenino radical’”. Poéticas del espacio, eds. José Manuel Goñi Pérez, Jorge Avilés Diz y Ricardo de la Fuente Ballesteros. Valladolid: Universitas Castellae. 295-308.
---. Gajos de naranjas. Editorial Círculo Rojo, 2014.
---. Todas las islas la Isla. Editorial Círculo Rojo, 2021.
Dúas Lúas. “Maleducadas criaturas”. [Entrevista con Dolores Payás] Blog Maleducadas, 2 de septiembre de 2013. https://maleducadas.wordpress.com/2013/09/02/maleducadas-criaturas/. Consultado el 9 de noviembre de 2020.
Payás, Dolores. Ultimate Love. Círculo de Tiza, 2023.
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