De lobas, cabras y otras "animalas": Los límites a la resignificación feminista del lenguaje patriarcal
Dos de mis poemas preferidos de todos los tiempos, y que analizaba en muchos de mis cursos de literatura hispánica en New York University - Madrid, son "La loba" (1916), de Alfonsina Storni, y "Cabra sola" (1968), de Gloria Fuertes. Aunque de estilos muy distintos y escritos con más de medio siglo de diferencia, ambos son poemas de autoafirmación feminista que resignifican vocablos peyorativos aplicados a las mujeres.
A raíz de la polémica elección de la canción Zorra, de Nebulossa, para representar a España en el festival de Eurovisión, y la pretensión, por parte de quienes la apoyan, de que la apropiación de ese término insultante supone un "empoderamiento" para las mujeres, me propongo demostrar, tras analizar los poemas de Storni y Fuertes, por qué el caso no es en absoluto comparable y por qué la canción debería ser retirada.
🟣 "La loba", de Alfonsina Storni
Yo soy como la loba.
La inquietud del rosal (1916). Copiado de https://cvc.cervantes.es/actcult/storni/antologia/antologia01.htm
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.
Estos versos, que abren y cierran el poema, resumen perfectamente su sentido reivindicativo. La loba con la que se compara la hablante (claramente la propia autora) no es esa animala que tiene connotaciones de prostituta (yo utilizo siempre mujer prostituida en lugar de prostituta, pero esta última es la palabra que figura en todos los diccionarios en su infinita variedad de sinónimos) y que explica que uno de los sinónimos de prostíbulo sea lupanar (del latín lupa = loba). Al contrario: estos breves cuatro versos ya le otorgan un valor no sólo positivo, sino de superioridad (la montaña) y de ruptura con las imposiciones sociales (el rebaño).
A lo largo de las diez estrofas restantes (de versos alejandrinos con rima AABB), Storni ahonda en esos valores positivos: independencia afectiva ("Ando sola") y económica ("El sustento me lo gano y es mío"), valentía ("yo estoy de pie, frente al enemigo"), rebeldía ("no pude ser como las otras, casta de buey / con yugo al cuello"), fuerza ("Yo quiero con mis manos apartar la maleza") y amplia perspectiva (montaña vs. llano). Frente a ella, el resto de las mujeres, a las que trata con bastante desprecio, son meras "ovejitas" totalmente dependientes de un "pastor" o "dueño":
Ovejitas, mostradme los dientes. ¡Qué pequeños!
No podréis, pobrecitas, caminar sin los dueños
Por la montaña abrupta, que si el tigre os acecha
No sabréis defenderos, moriréis en la brecha.
Es decir, son sumisas, cobardes y asumen, sin cuestionárselos, los dictámenes patriarcales según los cuales las mujeres independientes y libres como la hablante son temibles porque les roban a sus hombres:
No os robará la loba al pastor, no os inquietéis;
Yo sé que alguien lo dijo y vosotras lo creéis.
Storni también reivindica uno de los (pocos) valores positivos que se atribuyen a las lobas: el gran cuidado que dedican a sus crías e incluso, si pensamos en la mitología (la loba capitolina que amamantó a Rómulo y Remo, los fundadores de Roma), a las ajenas: "El hijo y después yo y después... ¡lo que sea!".
Sin embargo, no todo es orgullo y autoafirmación: cerca del final del poema detectamos cierta melancolía, cuando la hablante confiesa que su carácter independiente supone también un obstáculo para las relaciones amorosas:
A veces la ilusión de un capullo de amor
Que yo sé malograr antes que se haga flor.
🟣 "Cabra sola", de Gloria Fuertes
Cincuenta y dos años después de Storni, en su libro Poeta de guardia, Fuertes realiza un ejercicio similar, al reivindicar los valores positivos de la cabra (montés). Al ser más breve, lo transcribo en su integridad:
Hay quien dice que estoy como una cabra;
Obras incompletas. Madrid: Cátedra, 1975.
Lo dicen lo repiten, ya lo creo;
Pero soy una cabra muy extraña
Que lleva una medalla y siete cuernos.
¡Cabra! En vez de mala leche yo doy llanto.
¡Cabra! Por lo más peligroso me paseo.
¡Cabra! Me llevo bien con alimañas todas,
¡Cabra! Y escribo en los tebeos.
Vivo sola, cabra sola,
-que no quise cabrito en compañía-
cuando subo a lo alto de este valle
siempre encuentro un lirio de alegría.
Y vivo por mi cuenta, cabra sola;
Que yo a ningún rebaño pertenezco.
Si sufrir es estar como una cabra,
Entonces sí lo estoy, no dudar de ello.
Las connotaciones peyorativas de la cabra no son tan obvias en nuestra época como cuando se escribió el poema. Seguimos utilizando la expresión "estar como una cabra" para indicar, sin distinción de sexo, que una persona está "loca", pero la que subyace al poema ha caído en desuso (por suerte) desde los años sesenta y setenta del pasado siglo, cuando "ser una cabra loca" definía a una mujer como fácil y, por tanto, sinónimo (¡otro más!) de prostituta.
Tras decir que "estoy como una cabra" (bueno, en realidad no lo dice ella, sino que dice que "lo dicen" y ella empieza a creerlo) y que "soy una cabra" ("muy extraña"), la hablante pasa a ensalzar los valores positivos de la animala, que son básicamente los mismos de los de la loba de Storni: independencia afectiva ("Vivo sola", "no quise cabrito en compañía") y económica ("vivo por mi cuenta"), valentía ("Por lo más peligroso me paseo"), rebeldía ("yo a ningún rebaño pertenezco") y la amplia perspectiva, además de la superioridad, que otorga la montaña ("cuando subo a lo alto de este valle"). Y también, como la hablante de Storni, expresa una cierta tristeza: "Si sufrir es estar como una cabra, / Entonces sí lo estoy, no dudar de ello". Y es que no resulta fácil (ni siquiera ahora, en pleno siglo XXI) ser una mujer independiente, no tanto, o no sólo, por el rechazo que genera, sino porque a menudo condena a una soledad no siempre deseada.
🟣 Zorra, de Nebulossa
(No cito textualmente la canción, en parte porque tiene nulo valor literario y en parte porque me niego a darle más publicidad.)
¿Por qué entonces, si autodefinirse como loba o cabra resulta reivindicativo ("empoderante", palabra que detesto), autoproclamarse zorra no lo es? Existen varios motivos:
🌐 Si bien la loba y la cabra llevan aparejadas las connotaciones de prostituta que tanto abundan en el vocabulario castellano, por lo general no se usa(ba)n como insultos directos ("¡Eres una loba!", "¡Cabra loca!"), sino más bien como calificativos referidos a terceras personas (mujeres): "Ésa es una cabra loca", oía yo a veces en mi niñez; o "Ahí vienen las lobas", oí decir bastante más tarde, en alusión sobre todo a mujeres "maduras". "Zorra", en cambio, es un insulto tanto indirecto como directo, y posiblemente el más utilizado (junto con puta) en el maltrato psicológico (y por supuesto físico) hacia las mujeres (aparece en más de quince mil sentencias judiciales como vejatorio1). Difícilmente se puede resignificar un insulto tan extendido y asociado a la violencia, sobre todo cuando la palabra se repite nada menos que cuarenta y tres veces, entre la propia cantante y el coro que la grita como podría hacerlo una manada de machos cabreados.
🌐 Más allá de su significado peyorativo, tanto la loba como la cabra encarnan, y así lo expresan Storni y Fuertes, valores positivos reivindicables, como los señalados arriba. La zorra, en cambio, no posee ninguno... Tampoco, dicho sea de paso el zorro (en masculino), pues su significado metafórico, según el Diccionario de la lengua española, es "taimado, astuto, solapado".
🌐 Finalmente, tanto Storni como Fuertes le asignan a sus respectivas animalas todo tipo de valores positivos, los cuales no incluyen explícitamente la libertad sexual, tal vez por la moral estrecha de las épocas en que escribieron los poemas o tal vez precisamente para obviar el elemento que subyace al valor peyorativo de las dos animalas. Storni alude a ella implícitamente al proclamar que tiene un hijo "fruto del amor, de amor sin ley", pero enfatizando la palabra amor, lo cual de alguna manera la "redime". En cambio, la canción reivindica únicamente los comportamientos sexuales (salir sola, divertirse, pasar la noche fuera de casa) que sirven de pretexto al insulto machirulo. Ojo, con ello no quiero decir ni mucho menos que dichos comportamientos sean censurables (véase mi novela Gajos de naranjas, donde reivindico la libertad sexual de las mujeres), sino que limitarse a ellos termina reforzando lo que se pretende (o eso dicen quienes la defienden), denunciar.
Nota:
Un placer leerte ,tan clara Jackelines Cruz/ Citas a nuestra querida Alfonsina//..Mi admiracion a tu análisis literario. Desde Realico La Pampa Argentina Claudia GIRAUDO
ResponderEliminar¡Gracias, Claudia! Adoro a "tu" querida Alfonsina.
EliminarLa escala de Inteligencia cae con el paso de los años y el peso de los engaños.
ResponderEliminarA las mentes poco acostumbradas a pensar, que son las que nos rigen hoy en día, no les alcanza para más.
No obstante, sí es un comentario que muchas mujeres hacemos, ponerle música es lo de menos. Tan solo es reafirmarse en la manera extravagante, engañosa y comercial de vender "ideas".
Es pues un claro ejemplo de la decrepitud de la inteligencia.
El Show quiere Show.
Sí, totalmente: decaen el sentido crítico y la inteligencia misma. Dicen que algo es "empoderante" y basta con el palabro (que detesto) para que mucha gente lo crea. Lo triste en este caso es que también se lo creen algunas mujeres.
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