El "trabajador" era una mujer: Los malentendidos que produce el masculino genérico
(Publicado en el blog de JCruz Servicios Lingüísticos el 13-05-2020)
Inauguro este blog con una entrada sobre un tema que, como mujer, feminista, escritora, investigadora especializada en literatura y cine de mujeres, e incluso como traductora y correctora de estilo, me preocupa muchísimo y casi casi diría que me obsesiona: el lenguaje inclusivo.
Quienes defendemos su importancia partimos de una premisa filosófica y, por supuesto, política: «Lo que no se nombra no existe». Y en la lengua castellana, que como tantas otras otorga absoluta prioridad al género masculino, las mujeres sencillamente no existimos.
Pero hoy no voy a hablar de cuestiones filosóficas ni políticas, sino de algo más pragmático: el lenguaje excluyente como fuente de ambigüedad y confusión.
Como ejemplo, el siguiente titular y subtitular de la noticia del diario Información cuyo enlace copio al final del artículo:
Coronavirus en Alicante: Primer trabajador sanitario muerto por Covid-19 en la provincia
Se trata de una técnico de cuidados de enfermería que trabajaba en Alcoy.
Información, 12-05-2020
Cuando los leí, casualmente el 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería (todavía llamado por algunas personas «de la Enfermera»), asumí automáticamente que el trabajador era un hombre. Luego leí «técnico» y seguí asumiendo que era un hombre (se me escapó el «unA», supongo que porque mi cerebro hizo un ajuste automático de género)… hasta que, ya en el cuerpo del artículo, leí «hospitalizadA»… Y entonces tuve que volver a procesar la noticia.
Entiendo que, desde el uso imperante del masculino como universal y el femenino como particular, decir «Primera trabajadora sanitaria muerta» podría haber llevado a pensar erróneamente que antes hubo muertes de trabajadores (hombres) y el hecho noticiable era precisamente que se trataba de la primera dentro del gremio. Pero esa posible confusión podría haberse sorteado fácilmente: «Primera muerte dentro del colectivo sanitario en la provincia«.
🟣Porque no siempre es tan fácil: para algunas profesiones no existen sustantivos colectivos adecuados ni funcionan las perífrasis. Es el caso de la de escritoras y escritores: «el gremio escriturario» suena a notarías, «el gremio escribidor» es demasiado vargasllosiano (además de peyorativo) y la perífrasis «quienes se dedican al oficio de escribir» demasiado larga. En todo caso, yo sigo buscando opciones. Acepto sugerencias.🟣
El otro problema es «unA técnicO», que incluso fonéticamente suena horroroso. Sin embargo, el uso del masculino para designar profesiones terminadas en «-o», que, según las normas gramaticales del castellano, deberían feminizarse, como cualquier otro sustantivo, en «-a», sigue muy extendido, incluso y lamentablemente entre muchas mujeres que las ejercen, porque se cree (erróneamente) que eso les otorga más prestigio. Y la RAE, con su exacerbada misoginia, desde luego no ayuda. No obstante, en el caso que me ocupa, la RAE sí admite el femenino «técnica» (al contrario que «pilota» o «soldada», por poner sólo dos ejemplos). Y, aun así, las mismas personas que se escudan en la RAE para dictaminar que decir «miembra» o «Consejo de Ministras y Ministros» es incorrecto, se niegan a usar «técnica». Uno de sus falaces argumentos es que puede confundirse con la «técnica» en el sentido general de «conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte» (DLE, 2019). Falaz y, además, absurdo. Cierto que en una frase suelta, fuera de contexto, podría prestarse a confusión: así, «Me gusta la técnica» podría referirse tanto a ese «conjunto de procedimientos y recursos» como a una mujer «que posee los conocimientos especiales de una ciencia o arte» (DLE, 2019). Pero normalmente las frases se sitúan en un contexto que resuelve cualquier potencial confusión.
Además, podríamos contraargumentar que también existen palabras polisémicas que designan profesiones masculinas. Así, por ejemplo, la frase suelta «Es muy simpático ese labrador» podría referirse tanto a un hombre que se dedica a la agricultura como a un perro de cierta raza. Y, sin embargo, en estos casos nadie se plantea cambiarlas para evitar la confusión. ¿Por qué? Por la obviedad que señalé antes: el contexto.
Retiro lo dicho arriba y acabo con una reflexión filosófico-política. Lo que no se nombra no existe… y la trabajadora sanitaria fallecida en Alicante en medio de esta horrible crisis merecía haber sido nombrada.
Comentarios
Publicar un comentario